Payasos sin fronteras


Alfonso de Pola, del Teatro Rorabola (Málaga), nos cuenta sus vivencias por el mundo, más allá de las risas del circo y de la crisis actual
Con Alfonso Pola, del teatro Rorabola
Con Alfonso Pola, del teatro Rorabola/ Javier Cortés García

“Trabajamos en una ONG, Payasos Sin Fronteras, que trata de ayudar a Palestina, Siria y Líbano, para sacarles una sonrisa”

 

Pregunta. ¿Qué te ha parecido el público de Velefique?

Respuesta. La verdad es que de primeras ha sido un poco duro, porque parecía que les costaba entrar en el espectáculo, pero creo que al final ha habido bastante buena respuesta y yo encantado, porque en general, ha venido mucha gente y se ha notado la participación.

P. ¿Desde cuándo te dedicas a este trabajo y porqué?

R. Llevo 16 años con el mundo del circo y fui a la universidad, estudié una carrera.

P. ¿Qué carrera?

R. Relaciones Laborales, es todo lo referente a gestión de personal, economía de empresa, derecho del trabajo. Aunque para mí, sinceramente era una cosa un poco aburrida, y a la vez tenía el circo como hobby y poco a poco fui mejorando, montando espectáculos, hasta que vi realmente que me llenaba mucho más que lo otro, y bueno también es verdad que hoy en día tampoco una carrera universitaria te asegura nada. Me veo ahora con cantidad de compañeros de mi carrera y soy yo el que tengo trabajo con el circo y ellos no lo tienen, entonces es algo que como salida profesional me parece bastante buena.

P. El número de hoy ¿Cuánto tiempo sueles tardar para realizarlo? ¿Te ha costado hacerlo aquí más o menos que en otros sitios?

R. Aquí más. El suelo no está plano totalmente, hay un montón de mosquitos, gente hablando… Que normalmente, en el circo tengo la carpa, con unas mejores condiciones, porque aquí es un escenario nuevo, en el que tienes que ver el suelo como está, si hay o no desnivel, ver un poco el ambiente; suele tener un mayor número de factores adversos la calle que el circo.

P. ¿Vas a venir el próximo año? ¿Y si vienes, modificarás algún número?

R. Hombre, yo por supuesto encantado de venir, claro que me gustaría venir, y es verdad que vas a otros pueblos y en ocasiones es más complicado estar con el público y aquí, en Velefique ha sido bastante fácil, vamos que en algunos pueblos ni ponen sillas para el público, aquí la parte de colaboración del ayuntamiento es importante y poner sillas ha creado un espacio bonito en la plaza, por mí encantado de venir. Tengo cosas nuevas, estoy construyendo un espectáculo nuevo, si me viene la oportunidad, vendría con algo del espectáculo nuevo.

P. ¿Has viajado por toda España haciendo este tipo de números? ¿Has salido fuera del país?

R. Si, nosotros trabajamos bastante en España y Europa en general.

P. ¿Qué países de Europa?

R. Italia, Francia, Bélgica, Eslovenia… Ahí es donde tenemos más trabajo, luego alguna cosa en Inglaterra, Alemania, y también hemos trabajado en Venezuela, Argentina…

P. ¿Y en esa zona de Sudamérica como se vive? ¿Con más pasión, como con el fútbol?

R. Sí, hay bastante más pasión, hay un público más participativo, muy colaborador, el tema de la cultura allí también funciona mucho, son países muy agradecidos y la suerte que tenemos nosotros que hablamos el mismo idioma, nos podemos relacionar de p*** madre y luego nosotros también trabajamos con una ONG, llamada “Payasos Sin Fronteras”, y ahí sí que hemos trabajado en otros países como Palestina, los campamentos de refugiados del Sáhara, en Siria, en Líbano, entonces también es una parte, la parte del circo social, a la que nos gusta dedicarnos y la gente que no tiene recursos para poder vivir…

Porque en este caso, la diputación de Almería pone un dinero para que pueda venir, pero hay muchos países que no disponen de esos recursos para artistas, por eso a través de payasos sin fronteras, podemos ofrecer los espectáculos en sitios donde hay conflictos armados, desastres naturales y problemas así.

P. ¿Y en esos sitios, te llevas buena impresión de la gente no? ¿Y aunque no recibas ningún dinero te llevas un buen sabor de boca?

R. Ahí es verdad que, digamos en España y en Europa, la relación es artística. Está lo artístico y también lo económico, yo trabajo porque me pagan, pero como todo el mundo, lo que pasa es que en países donde vamos con los payasos sin fronteras, son países, donde los niños y las niñas están en una situación muy jodida, con familiares muertos, con falta de recursos… Por eso todo lo que son espectáculos lo agradecen un montón, a los payasos los quieren y es algo que creo que es un buen trabajo, porque de repetir año tras año en algunos países, los payasos, los niños, las risas, el humor el espectáculo, les provoca una esperanza de que hay un futuro, de que no es todo igual, de que no todo son guerras, muertes; sino que también hay risa, humor y eso se les queda grabado en el corazón y evidentemente a nosotros también

 

 

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